ESCLEROSIS MÚLTIPLE Y EJERCICIO FÍSICO

¿QUÉ ES?

La esclerosis múltiple es una enfermedad inflamatoria crónica del sistema nervioso central (SNC). Cursa clínicamente con una diversidad de signos y síntomas neurológicos diseminados en el tiempo.

¿A QUIÉN AFECTA?

Afecta principalmente a jóvenes entre los 20 y 50 años, y es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres. Es la segunda causa de discapacidad en personas jóvenes después de los accidentes de tráfico. En España existen 47.000 personas afectadas.

Su causa es desconocida, aunque se asocia a factores genéticos, ambientales e inmunológicos. Es una enfermedad genética compleja, donde varios estudios muestran que la agregación familiar aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.

¿CUÁLES SON SUS SIGNOS Y SÍNTOMAS?

Los pacientes muestran una amplia variedad de síntomas y signos neurológicos, que pueden presentarse solos o en combinación. Los síntomas comunes de presentación incluyen parestesias, debilidad motora, alteraciones visuales monoculares, diplopía, incoordinación, trastornos de la marcha, mareos y vértigo. Otros síntomas y signos que lo acompañan pueden incluir fatiga, espasticidad, ataxia, nistagmos, pérdida sensorial, dolor neuropático, urgencia o retención urinaria, disfunción sexual, depresión u otros cambios emocionales, intolerancia al calor, fenómeno de Lhermitte, disfunción cognitiva, etc.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?

La evolución de la enfermedad es muy variable y su diagnóstico muy heterogéneo, en el que ninguna característica clínica o prueba diagnóstica es suficiente para realizar el diagnóstico, existiendo varios conjuntos de criterios para su diagnóstico.

¿CUÁLES SON LAS RECOMENDACIONES QUE PUEDEN SEGUIR LOS PACIENTES AFECTADOS?

No existe en la actualidad un tratamiento curativo.

Debido a los síntomas, esta población suele ser sedentaria, presentando niveles de actividad física generalmente inferiores a los del resto de las personas. La inactividad tiene consecuencias, como debilidad muscular, menor densidad ósea, menor forma cardiovascular y un aumento de la fatiga.

Los programas de ejercicio físico han mostrado efectos beneficiosos sobre la calidad de vida, el ánimo, la fatiga, y el funcionamiento motor, incluyendo la velocidad al caminar y la distancia, el tono muscular y la coordinación. Se ha observado que la aplicación de un programa de flexibilidad puede contrarrestar la espasticidad, reducir o evitar las contracturas, aumentar la longitud del músculo y mejorar la postura y el equilibrio.

Las personas con esclerosis múltiple son termosensibles, por lo que el principal factor limitante en la realización de ejercicio físico es la hipertermia, motivo por el que muchas de las intervenciones de ejercicio en personas con esclerosis múltiple se llevan a cabo en el medio acuático.

Con frecuencia presentan alteraciones en la capacidad de marcha, uno de los objetivos que deben contemplar las intervenciones de ejercicio sería la mejora tanto de la fuerza máxima como de la fuerza resistencia de la musculatura de los miembros inferiores, con objeto de mejorar el rendimiento en su capacidad de marcha. El Canadian Institutes of Health Research (CIHR) ha dictado unas recomendaciones en el entrenamiento contra resistencias en personas con esclerosis múltiple que incluyen la realización de 1-3 series de 8-15 repeticiones al 60-80% (8 ejercicios) con una frecuencia de 2-3 sesiones semanales.

Una musculatura sobre la que se debe prestar especial atención es la musculatura respiratoria, debido a que esta enfermedad se acompaña de una debilidad importante de dicha musculatura, pudiendo ser un mecanismo adicional en el aumento de la discapacidad característica de la enfermedad. De este modo, un entrenamiento de 3 sesiones semanales de 30 minutos dirigido al desarrollo de los músculos inspiratorios y espiratorios se considera adecuado.

El entrenamiento vibratorio como un medio terapéutico podría mejorar la función física y aliviar algunos síntomas y signos. Se basa principalmente en la transmisión de estímulos vibratorios a través del organismo mediante una plataforma vibratoria. Esta vibración activará una serie de receptores sensoriales. El entrenamiento vibratorio de cuerpo entero proporciona mejoras en la fuerza muscular, la capacidad funcional, la coordinación, la resistencia, el equilibrio.

Se ha observado un efecto beneficioso de la crioterapia de cuerpo completo en la mejoría de los síntomas relacionados con la esclerosis múltiple, como aumento de la espasticidad, relajación muscular y de tejidos blandos, analgesia y efecto antiinflamatorio.

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