La desconexión de la realidad asistencial es mala consejera para emitir opiniones

La desconexión de la realidad asistencial es mala consejera para emitir opiniones

Autor: José Manuel Fandino

En relación al artículo de opinión publicado el día 12 del presente mes de julio titulado “¿Cuántos médicos de familia son necesarios?” firmado por D. Pascual Sesma Sánchez, nos gustaría hacer una serie de aclaraciones.

En dicho artículo se hace referencia a la propuesta de varias Consejerías de Sanidad del Estado, incluida la gallega, entre la que se encuentra la creación de la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias.

El firmante hace un análisis numérico y en él se habla que hay 36.250 médicos en equipos de atención primaria y 6.450 en “otras actividades” y afirma que no se especifican (tal vez se refieran a pediatría y urgencias extrahospitalarias). Debo aclararle que yo, con muchos de miles de ellos, soy uno de “los otros”. Estos datos se han extraído del informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035 del Ministerio de Sanidad de enero de 2022, en el documento se especifica que “En la categoría de OTROS se encuentran los profesionales dedicados a las urgencias y las emergencias…según información aportada por los servicios regionales de Salud. Algo más del 10% del total de los médicos de la red pública. Las proyecciones son de déficit creciente en el horizonte temporal 2021-2035”.

Posteriormente en el artículo se realizan tres preguntas dos de las cuales hacen referencia a la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias: “¿Van a competir otros especialistas con los médicos de familia por las plazas de urgencia hospitalaria? ¿Es intrínsecamente necesaria la especialidad de medicina de urgencias o se propone políticamente ahora por mero tacticismo?” a las que nos vemos en la necesidad de contestar ante lo que parece un claro desconocimiento de la realidad de los Servicios de Urgencias y Emergencias en este momento en este país y de la Especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias en el mundo.

Las plantillas de los Servicios de Urgencias y Emergencias de este país, al no existir especialidad vía MIR, se nutren de profesionales que han tenido que hacer otra especialidad para poder ejercer su vocación, ser Urgenciólogos (el 15% de los MIR manifiestan su deseo de querer convertirse en especialistas de Urgencias y Emergencias), y tener que formarse luego por sus propios medios, por voluntarismo y compromiso, ya que no hay ninguna especialidad en el momento actual que forme en los conocimientos, capacidades, habilidades y aptitudes que conforman el Curriculum Europeo de Medicina de Urgencias y Emergencias. No existe competencia entre aquellos que nos dedicamos a esta especialidad, tan sólo la voluntad de dar la mejor atención a la población en las patologías urgentes y emergentes, en todos los procesos tiempo-dependientes, en las catástrofes, en la calle, en los domicilios o en el hospital “En cualquier lugar, en cualquier momento y a cualquier persona”.

Con respecto a la necesidad de la Especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias quizás la pregunta debiera ser la contraria ¿Por qué no es necesaria en España y en Portugal y sí en el resto de Europa y del mundo occidental?, ¿Por qué se encuentra como sección propia dentro UEMS (Unión Europea de Especialidades Médicas) y el no tenerla vulnera el derecho de los urgenciólogos españoles a la libre circulación de profesionales en el marco europeo? donde está reconocida como especialidad primaria ya en 24 países así como en más de 100 del mundo incluido EEUU, Canadá, Nueva Zelanda, Sudamérica, Países del Sudeste Asiático, Israel… ¿Por qué no se tiene en consideración el informe que redactado por los Defensores del Pueblo, en su Informe sobre Derechos y Garantías de los pacientes en los servicios de

urgencias (2015) que considera conveniente su creación? ¿Por qué no se tiene en cuenta la recomendación de 72ª Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que insta a su creación en aquellos países en los que todavía no se hubiera creado, como garantía de equidad e igualdad para sus sistemas de salud? ¿Por qué no se tienen en cuenta las Proposiciones No de Ley del Congreso de los Diputados y del Senado, así como los Parlamentos de muchas Comunidades Autónomas, incluida la gallega, instando a la creación de la Especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias por unanimidad? ¿Por qué no se tiene en cuenta la petición al Ministerio de Sanidad (mayo 2021) de 31sociedades científicas médicas de este país solicitando la creación de la Especialidad primaria en “Medicina de Urgencias y Emergencias”?¿Por qué no se tiene en cuenta la solicitud, el pasado mes de mayo, demás de 30 Organizaciones de Pacientes que han manifiestan su respaldo para la creación de la Especialidad primaria en “Medicina de Urgencias y Emergencias” y han solicitado al Ministerio de Sanidad su establecimiento y regulación normativa en España sin más demoras? ¿Por qué no se crea la Especialidad de Urgencias y Emergencias en el ámbito civil cuando ha sido creada en el ámbito militar de este país desde diciembre de 2015?

“Los otros” atendemos en datos previos a la pandemia, cerca de 30 millones de consultas en los Servicios de Urgencias Hospitalarios (SUH) y cerca de 6 millones de atenciones por los Sistemas de Emergencias Médicas (SEM). En este momento estas cifras han sido rebasadas con un aumento de un 30% de la demanda con respecto a dichos datos, batiendo todos los records históricos. Asimismo, somos la principal puerta de entrada para una gran mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país. Una importancia que se ha visto, sin duda, tan multiplicada como tensionada en el contexto de la pandemia por SARS-CoV-2, a cuyos retos hemos dado respuesta, a pesar de las dificultades y los riesgos asociados a esta situación.

Todo lo anteriormente expuesto, no hace más que reforzar la necesidad de abundar en la adecuada formación de los profesionales de urgencias y emergencias. Nuestra formación tiene que ser reglada, de calidad y uniforme en todo el territorio de nuestro país porque solo así se puede garantizar la correcta atención médica, con la calidad y la uniformidad que se merece todo ciudadano y ciudadana, independientemente del territorio donde resida.

Las razones últimas de esta reclamación, no son sino asegurar una atención dentro de los parámetros de calidad y seguridad, junto a la configuración de los servicios de urgencias hospitalarios y los servicios de emergencias, en el mismo plano administrativo, social, docente y de perspectivas profesionales, que el resto de servicios.

Y en este momento de situación crítica del sistema por falta de recursos humanos, que se agravará indefectiblemente en los próximos años, no tiene sentido el no hacer una planificación estratégica con la creación de la Especialidad de Urgencias y Emergencias con lo que se podría hacer una previsión de recursos futuros disponibles para Atención Primaria con los Residentes de Medicina Familiar y Comunitaria formados y por otro lado lograr el recambio generacional de los Servicios de Urgencias y Emergencias con los futuros Urgenciólogos vía MIR que no detrajesen recursos de otras áreas.

Somos parte de la solución del Sistema Sanitario y permitan que los que hablemos y opinemos de Urgencias y Emergencias seamos los que sentimos, trabajamos y vivimos la Urgencia y la Emergencia.

José Manuel Fandiño Orgeira
Coordinador de Urgencias CHUAC
Presidente de SEMES-Galicia