Subsecretaría de Sanidad Táctica

Presentación

Problemática:

En los últimos tiempos numerosos incidentes intencionados han sacudido países de nuestro entorno causando múltiples víctimas. Los causantes de estos incidentes son variados.

Los patrones de atentado van cambiando, y de forma brusca, una zona en paz se transforma en un entorno táctico (zona de peligro activo), debido al tipo de armamento y los patrones de comportamiento de los agresores.

Antecedentes:

La sanidad militar en los años 90 valoró la necesidad de modificar los protocolos de actuación sanitaria en combate. Los algoritmos clásicos de manejo extrahospitalario del paciente politraumatizado no eran útiles ni viables en situaciones tácticas, por diferentes motivos:

  • La táctica prima sobre las medidas sanitarias en cuidados bajo fuego, para evitar bajas adicionales. De la misma forma que para entrar en un fuego hay que tener la formación del bombero, acceder a una zona con un tirador activo precisa de habilidades específicas.
  • Hay un conjunto de patrones lesionales que orientan la asistencia, dado que la situación no permite en muchas ocasiones realizar maniobras sanitarias avanzadas. De aquí se extraen las causas de muerte evitable, como son la hemorragia exanguinante en extremidades y unión de miembros, el neumotórax a tensión y la obstrucción de la vía aérea. Se valoró de forma realista QUÉ se puede hacer y CUÁNDO es posible hacerlo.
  • En el ámbito militar se ajustaron los protocolos también a la restricción de material, pues al igual que en rescate en montaña, hay una limitación de carga (muchas veces una mochila).

Este proceso de cambio, que cristalizó en las directrices de “Tactical Combat casualty care-TCCC” (Butler FK, Hagmann J, and Butler GE. Tactical Combat Casualty Care in Special Operations. Mil Med 1996; 161(Suppl 3): 1-16.) ha conseguido reducir el número de bajas en combate.

Medidas tomadas en otros países:

El aumento de incidentes violentos con armas y usos de guerra en lugares en paz ha creado nuevos escenarios, donde no son adecuados los protocolos de atención al trauma civil, pero a su vez con condicionantes diferentes al entorno bélico (tiempos de evacuación, situación de atención medica definitiva, características del primer interviniente, población diana, etc.).

De estos escenarios surgen en Estados Unidos diferentes productos:

  • Tactical Emergency Medical Support (TEMS), la National Tactical Officers Association (NTOA) ha visto la utilidad de los algoritmos descritos por el Committee for Tactical Emergency Casualty Care (C-TECC). Incluir las medidas sanitarias ajustadas a las últimas evidencias científicas dentro de la instrucción y planeamiento, reducen el número de víctimas y ayudan a completar la misión de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Diferencian grados de capacitación e instrucción del interviniente.
  • Tactical Emergency Casualty Care (TECC). Directrices basadas en la medicina de combate militar (TCCC) y adaptadas al entorno civil. Ni los protocolos civiles sirven en el entorno de combate militar, ni los protocolos militares sirven al 100% en un escenario táctico civil.
  • CONSENSO HARTFORD. El 2 de Abril de 2013, por iniciativa del Colegio Americano de Cirujanos y el Federal Bureau of Investigation (FBI), representantes de fuerzas y cuerpos de seguridad, emergencias extrahospitalarias, militares, bomberos y expertos en el manejo del trauma grave, se reunieron en Hartford (Connecticut).

De esta reunión surgió un documento que busca optimizar y coordinar la asistencia en incidentes armados con múltiples víctimas. De la experiencia de todos surgió el algoritmo THREAT:

  • T – Eliminar la amenaza (threat suppression)
  • H – Control de la hemorragia (hemorrhage control)
  • RE – Extracción rápida a un lugar seguro (rapid extrication to safety)
  • A – Valoración por profesionales sanitarios (assessment by medical providers)
  • T – Traslado a un centro de asistencia definitiva (transport to definitive care)

Campaña STOP THE BLEED: Formada por el American College of Surgeons-Committe on Trauma, Combat Casualty Care Research Program, Federal Emergency Management Agency, Hartford Consensus, National Association of Emergency Medical Technicians, U.S. Department of Defense, U.S. Fire Administration. Su objetivo es la divulgación de procedimientos para detener hemorragias exanguinantes por parte de los intervinientes inmediatos (la comunidad). Hay grupos Europeos realizando una labor similar.

Incidente activo:

“Acto deliberado de violencia donde el perpetrador busca causar el mayor número de bajas posible durante un determinado periodo continuado de tiempo, generalmente breve, en un espacio confinado o con una alta ocupación de víctimas potenciales, y durante el cual tanto los primeros intervinientes –fuerzas de seguridad y servicios de emergencias- como los intervinientes inmediatos –víctimas potenciales que se encuentran en el lugar del incidente- (American College of Surgeons, 2015, 21) juegan un papel clave en el resultado final del ataque, así como en la limitación del número final de víctimas.” (Gutiérrez B, Crevillén D. Definición de la amenaza. Subsecretaría de Sanidad Táctica. Protocolo IBERO. Madrid: SEMES; 2018: p. 22.)

Objetivos

Creación de una subsecretaria multidisciplinar en SEMES de carácter permanente especializada en emergencias en entorno táctico, entendiendo como tal el incidente activo definido (armas, artefactos explosivos, etc..).

Cada país tiene unas características estructurales y legislativas diferentes, así como distinto nivel de amenaza.

Por ello la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, es el punto de referencia natural para establecer el grupo que analice, coordine y emita las pautas de actuación sanitaria en estos escenarios.

Para ello, es imprescindible un debate permanente entre FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD, FUERZAS ARMADAS, SERVICIOS DE EMERGENCIAS Y URGENCIAS, BOMBEROS e INSTITUCIONES INTERNACIONALES.

Cada profesional tiene un área competencial no transferible evidentemente durante su actuación, pero tampoco a la hora de integrar procedimientos ni de asesorar sobre su papel. Este hecho hace a SEMES pionera, atesorando en su seno profesionales referentes en esas áreas con experiencia real y formación actualizada.

De tal fuente de información, debería surgir el procedimiento de actuación asistencial ante este tipo de incidentes, basándose en lecciones aprendidas y evidencia científica.

Líneas de trabajo

Línea 1: Crear un protocolo de actuación a nivel nacional ante incidentes intencionados con múltiples víctimas en entorno táctico (Protocolo IBERO). Servirá para trabajar de forma coordinada y segura en cualquier situación.

Línea 2: Crear un protocolo de actuación para trabajar en incidentes fuera de territorio nacional.

Línea 3: Crear estrategias de formación acreditada y contrastada para personal sanitario, personal táctico, personal de rescate, seguridad privada, etc.

Línea 4: Crear estrategias de formación para la población sobre valoración de la amenaza y actuación en caso de atentado con aplicación de medidas salvadoras, como intervinientes inmediatos.

Línea 5: Crear protocolos específicos para cada uno de los equipos intervinientes en función de sus características y necesidades. Estos protocolos específicos tienen que ser compatibles y complementarios a todos los demás para trabajar de forma coordinada y segura.