El dolor es uno de los motivos de consulta más frecuente en los servicios de urgencia. Además del manejo del dolor agudo, es muy común atender a pacientes con dolor crónico exacerbado. El tratamiento insuficiente del dolor, no es infrecuente en nuestro medio.
El correcto manejo del dolor necesita una previa valoración y una estimación cuantitativa inicial, usando escalas como la analógica visual (EVA), rápida e intuitiva excepto en determinados colectivos (ancianos, discapacitados psíquicos, demenciados, etc…) considerados de especial riesgo. En estos casos, se describen escalas adaptadas que pretenden valorar la intensidad (PAINAD, FLACC…) sin olvidar que muchas de las enfermedades que cursan con dolor son más prevalentes en ancianos siendo de todos conocido el imparable envejecimiento poblacional y la mayor comorbilidad y polifarmacia asociadas.
De igual manera, es fundamental, el conocimiento de los principios activos más utilizados en nuestros servicios de urgencias, en el manejo de los diferentes tipos de dolor, así como contemplar situaciones especiales en su uso, como son la insuficiencia renal, la gestación, lactancia, así como las interacciones con otros medicamentos.
Consideramos fundamental establecer pautas y protocolos de actuación uniformes, con el propósito de mejorar el control del dolor y la seguridad en el uso de los fármacos, destacando entre los objetivos principales del grupo los siguientes:
Desarrollo de una “cultura de urgencias sin dolor”.